sábado, 29 de agosto de 2009

El caballo perdido


Hace ya tiempo queno poesteaba nada, una disculpa por ello, pero es que aveces sencillamente no hay nada que decir, como en los ultimos dias....

Pero hoy buscando entre mis curiosidades me he encontrado con ete cuento sufi, me a parecido de lo mas extraurdinario y me gustaria conpartirlo con todos ustedes, espero y os guste tanto como a mi....







Hace muchos años, en una pobre aldea china, vivía un labrador con su hijo. Su único bien material, aparte de la tierra y de la pequeña casa de paja, era un caballo que había heredado de su padre.
Un buen día el caballo se escapó, dejando al hombre sin animal para labrar la tierra. Sus vecinos - que lo respetaban mucho por su honestidad y diligencia - acudieron a su casa para decirle cuanto lamentaban lo ocurrido. Él les agradeció la visita, pero preguntó:
- ¿Cómo podéis saber que lo que ocurrió ha sido una desgracia en mi vida?
Alguien comentó en voz baja con un amigo: "él no quiere aceptar la realidad, dejemos que piense lo que quiera, con tal que no se entristezca por lo ocurrido".
Y los vecinos se marcharon, fingiendo estar de acuerdo con lo que habían escuchado.
Una semana después, el caballo retornó al establo, pero no venía solo: traía una hermosa yegua como compañía. Al saber eso, los habitantes de la aldea, - alborozados, porque solo ahora entendían la respuesta que el hombre les había dado - retornaron a casa del labrador, para felicitarlo por su suerte.
- Antes tenías solo un caballo, y ahora tienes dos. ¡Felicitaciones! - dijeron.
- Muchas gracias por la visita y por vuestra solidaridad - respondió el labrador. -¿Pero cómo podéis saber que lo que ocurrió es una bendición en mi vida?
Desconcertados, y pensando que el hombre se estaba volviendo loco, los vecinos se marcharon, comentando por el camino "¿será posible que este hombre no entienda que Dios le ha enviado un regalo?"
Pasado un mes, el hijo del labrador, decidió domesticar la yegua. Pero el animal saltó de una manera inesperada, y el muchacho tuvo una mala caída, rompiéndose una pierna.
Los vecinos retornaron a la casa del labrador, llevando obsequios para el joven herido. El alcalde de la aldea, solemnemente, presentó sus condolencias al padre, diciendo que todos estaban muy tristes por lo que había sucedido.
El hombre agradeció la visita y el cariño de todos. Pero preguntó:- ¿cómo podéis vosotros saber si lo ocurrido ha sido una desgracia en mi vida?
Esta frase dejó a todos estupefactos, pues nadie puede tener la menor duda de que un accidente con un hijo es una verdadera tragedia. Al salir de la casa del labrador, comentaban entre sí: "realmente se ha vuelto loco; su único hijo se puede quedar cojo para siempre y aún tiene dudas que lo ocurrido sea una desgracia".
Transcurrieron algunos meses y el Japón declaró la guerra a China. Los emisarios del emperador recorrieron todo el país en busca de jóvenes saludables para ser enviados al frente de batalla. Al llegar a la aldea, reclutaron a todos los jóvenes excepto al hijo del labrador, que estaba con la pierna rota.
Ninguno de los muchachos retornó vivo. El hijo se recuperó, los dos animales dieron crías que fueron vendidas y rindieron un buen dinero. El labrador pasó a visitar a sus vecinos para consolarlos y ayudarlos, ya que se habían mostrado solidarios con él en todos los momentos. Siempre que alguno de ellos se quejaba, el labrador decía: "¿cómo sabes si esto es una desgracia?". Si alguien se alegraba mucho, él preguntaba: "¿Cómo sabes si eso es una bendición?" Y los hombres de aquella aldea entendieron que, más allá de las apariencias, la vida tiene otros significados.



viernes, 21 de agosto de 2009

De mi consideracion...sobre escribir #5 (final)


En primer lugar, repito lo que dije anteriormente: todo el mundo tiene una buena historia que contar, y forma parte de la naturaleza humana el compartir un poco de la experiencia personal con los demás.


A medida que la pluma va trazando palabras en el papel, tus angustias desaparecen, y tus alegrías permanecen. Hace falta tener valentía para mirar en lo profundo de uno mismo, y traer lo que se ha visto hasta el mundo exterior, y hay que tener aún más valentía para asumir que, un día, lo que escribiste podrá (y deberá) ser leído por alguien.


Jorge Luis Borges dijo en cierta ocasión que en realidad sólo hay cuatro historias que puedan contarse:
A] una historia de amor entre dos personas
B] una historia de amor entre tres personas
C] la lucha por el poder
D] un viaje.
De todas maneras, a lo largo de los siglos, los hombres y las mujeres continúan recontando esas historias, y ha llegado el momento de que tú hagas lo mismo. A través del arte de la escritura, entrarás en contacto con tu universo desconocido, y acabarás sintiéndote un ser humano mucho más capaz de lo que creías.


La misma palabra puede leerse de maneras muy diferentes. Escribe “amor” mil veces, por ejemplo, y en cada ocasión el sentimiento será distinto.
Una vez que las letras, las palabras y las frases están dibujadas en el papel, la tensión necesaria para que eso ocurriera ya no tiene razón de ser.

Por consiguiente, la mano que las escribió reposa, y sonríe el corazón del que se atrevió a compartir sus sentimientos.
Si alguien pasa al lado de un escritor que acabó de terminar un texto, pensará que tiene una mirada vacía, y que parece distraído.

Pero él –y solamente él- sabe que arriesgó mucho, que consiguió desarrollar su instinto, que mantuvo la elegancia y la concentración durante todo el proceso, y que ahora podrá darse el lujo de sentir la presencia del universo, y comprenderá por fin que su acción fue justa y merecida. Los amigos más cercanos saben que su pensamiento cambió de dimensión, pues ahora está en contacto con todo el universo: continúa trabajando, aprendiendo todo lo que ese texto trajo de bueno, corrigiendo los eventuales errores, aceptando sus virtudes.

Escribir es un acto de valentía. Pero merece la pena arriesgar. Sigue adelante. Porque corresponde a los escritores escribir, a los lectores leer, y a los críticos criticar y a si susecibamente hasta el fin de los siglos.


Para ser escritor nos dicen que hay que saber scribir (cosa que aun pongo en duda) y estar un poco moribundo, a mi consideracion el verdadero escritor es aque que se encuentra entre el arte y el periodismo, mas serca del primero que del segundo. pero sin duda llego a la conclusion de qu etodos llevamos un escritor dentro, desde un niño que logra sus primeras lineas con todo la onspiracion que su edad le proporciona, pasando por los poetas y escritores consagrados ante los ojos de la historia y la sociedad lease Poe, neruda, verne, dumas y cientro treinta y cuatro escritores mas, hasta llegar a al ralea que conformamos muchos de nosotros que si bien no somos ni shakespeare ni platon, si somos lo que somos y hacemos lo que hacemos, por el simple hecho de que gente como nosotros sin editorial, marcas, agentes etc...somos escritores de la vida por que hemos aprendido a volar con las alas del alma.


A si que sigue escribiendo, sigue imaginando, sigue creando......por que al que cree todo le es posible.

jueves, 20 de agosto de 2009

De mi consideracion...sobre escribir #4




La palabra es la intención final de todo el que desea compartir algo con sus semejantes.


William Blake decía que todo lo que escribimos es fruto de la memoria o de lo desconocido. Si alguien me pidiese a mí un consejo, le diría que respetase lo desconocido, y que buscara en sí mismo su fuente de inspiración. Las historias y los hechos siguen siendo los mismos, pero cuando abres una puerta de tu inconsciente, y te dejas guiar por la inspiración, ves que la manera de describir lo que viviste o soñaste es siempre mucho más rica cuando tu inconsciente guía tu pluma.


Cada palabra deja en tu corazón un recuerdo, y es la suma de estos recuerdos lo que conforma las frases, los párrafos, los libros.
Las palabras son flexibles como la punta de tu pluma, y entienden las señales del camino. Las frases no vacilan en cambiar de rumbo cuando descubren..., cuando vislumbran una oportunidad mejor.


Las palabras tienen la naturaleza del agua: rodean las rocas, se adaptan al lecho del río, a veces se transforman en un lago hasta que la depresión se llena, y pueden así proseguir su camino.
Porque la palabra, cuando ha sido escrita con sentimiento y alma, no olvida que su destino es el océano de un texto, y que más tarde o más temprano llegará hasta él.

De mi consideracion...sobre escribir #3


Toda la energía del pensamiento termina manifestándose por la punta de una pluma. Desde luego, esta palabra podría sustituirse por otras como bolígrafo, teclado de ordenador, o lápiz, pero “pluma” es más romántico, ¿no es verdad?

Retomemos el asunto: la palabra termina por condensar una idea.
El papel es apenas un soporte para esta idea.
Pero la pluma permanecerá siempre contigo, y es necesario saber cómo utilizarla.

Los periodos de inactividad terminan haciendo falta: una pluma que no para de escribir al final pierde la conciencia de lo que hace. Por lo tanto, déjala descansar siempre que te sea posible, y preocuparte más de vivir y de reunirte con los amigos. Cuando regreses al oficio de la escritura, hallarás una pluma feliz, con toda su fuerza intacta.

La pluma no tiene conciencia: es una prolongación de la mano y del deseo del escritor. Sirve para destruir reputaciones, hacer soñar, transmitir noticias, formar bellas frases de amor... Por todo esto, procura ser siempre claro con tus intenciones.

La mano es el lugar donde todos los músculos del cuerpo, todas las intenciones del que escribe, y todo el esfuerzo para compartir lo que siente, se encuentran concentrados. No se trata únicamente de una parte de tu brazo, sino de una extensión de tu pensamiento. Toca tu pluma con el mismo respeto que un violinista tiene por su instrumento.

miércoles, 19 de agosto de 2009

De mi consideracion...sobre escribir #2


Todo escritor debe ser, antes que nada, un buen lector. Quien se aferra a los libros académicos y no lee lo que escriben los demás (y no me refiero sólo a libros, sino también a blogs, columnas de periódicos, etc.) nunca llegará a conocer sus propias cualidades y defectos.
Por lo tanto, antes de comenzar cualquier cosa, debes buscar a personas interesadas en compartir sus experiencias mediante la palabra.
Yo no digo: “Acércate a otros escritores”.
Sino: encuentra a personas con diferentes habilidades, porque escribir no se diferencia de cualquier actividad realizada con entusiasmo.

Tus aliados no serán necesariamente aquellas personas a las que todos miran, deslumbrados, y afirman: “Es el mejor”. Muy al contrario: es gente que no tiene miedo de equivocarse y que, por eso mismo, se equivoca. Por la misma razón, no siempre se reconoce su trabajo. Pero éstas son las personas que transforman el mundo, y que, después de muchos errores, logran algún acierto que revoluciona para bien la vida de su comunidad.

Son personas que no consiguen estarse de brazos cruzados, esperando que las cosas sucedan, para poder después decidir cuál es la mejor manera de contarlo: van decidiendo a medida que actúan, incluso sabiendo que eso puede ser muy arriesgado.

Convivir con este tipo de personas es importante para un escritor, porque éste debe entender que, antes de ponerse frente al papel, debe ser lo bastante libre como para cambiar de dirección a medida que su imaginación viaja. Después de escribir una frase, debe poder decirse a sí mismo: “Mientras escribía, recorrí un largo camino, y ahora concluyo este párrafo con la conciencia de que arriesgué lo necesario, y di lo mejor de mí mismo”.

Los mejores aliados son los que no piensan como los demás. Por eso, mientras buscas a tus no siempre visibles compañeros (pues raramente se produce el encuentro entre el lector y el escritor), has de creer en tu intuición, y no le prestes oídos a los comentarios ajenos. Las personas siempre juzgan a los otros con el modelo de sus propias limitaciones – y a veces la opinión de la comunidad está llena de prejuicios y miedos.

Únete a los que nunca dijeron: “Hasta aquí he llegado, no puedo seguir”. Porque de la misma manera que al invierno lo sigue la primavera, nada puede parar: tras alcanzar el objetivo es necesario recomenzar, usando siempre todo lo aprendido en el trayecto.
Únete a los que cantan, cuentan historias, disfrutan de la vida, y tienen alegría en los ojos. Porque la alegría es contagiosa, e impide siempre que las personas se dejen paralizar por la depresión, por la soledad, y por las dificultades.
Y cuenta tu historia, aunque sólo sea para que la lea tu familia.

martes, 18 de agosto de 2009

De mi consideracion...sobre escribir


“Hay dos tipos de escritores: unos hacen pensar, y otros hacen soñar”, dice Brian Aldiss, que durante mucho tiempo me hizo soñar con sus libros de ciencia ficción. Pensando en su frase y en mi oficio, resolví escribir unas tres columnas sobre el tema. Me parece, en principio, que todos los seres humanos de este planeta tienen por lo menos una buena historia que contar a sus semejantes. Recojo pues mis reflexiones sobre algunos elementos importantes en el proceso de creación de un texto, sin embargo como se que se hace tedioso la lectura de de textos llenos de mucha palabra e decidido ponerlo en varios post a lo largo de la semana.


por lo pronto a escribir.......que al que cree todo le es posible

sábado, 15 de agosto de 2009

Contar estrellas?


Si los vientos te obedecen si la mar por ti se calla
Porque hay hombres que dicen que tu no vives?
Si la tierra tu la riegas con la lluvia de los cielo
Porque hay hombre que dudan tanto de ti?
Es mi anhelo que las flores le dijeran a los hombre
Por cual manos todas ellas fueron creadas
Desde luego entenderian que sin Tí no existiria
Lo mas bello que en el mundo pueda haber

No vez el agua fluir Con la cual tu sociegas la sed que aprisiona tu boca
Y la sombra de un arbol la cual te regala descanso
Pues entonces porque te preguntas si hay un creador
Si puedes vete a contar
Cada estrella que alumbra lo negro de un inmenso cielo
Si no puedes confiesa que Dios es real no es un cuento
Es que es tan grande, no se puede negar

Yo se que Él vive
Pues lo veo en la risa de un niño cuando voy pasando
Y al oir el bramido del mar que me dice cantando
Que hay un Dios verdadero que hizo toda la creacion

lunes, 10 de agosto de 2009

Mi instante magico


Es necesario correr algunos riesgos. Sólo entendemos adecuadamente el milagro de la vida cuando permitimos que lo inesperado se manifieste.

La felicidad es a veces un don, pero generalmente es una conquista. El instante mágico nos ayuda a cambiar, nos empuja en la dirección de nuestros sueños. Vamos a sufrir, vamos a pasar por momentos difíciles, vamos a enfrentar muchas desilusiones, pero todo eso es pasajero, inevitable, y acabaremos enorgulleciéndonos de las marcas señaladas por todos los obstáculos. En el futuro, podremos mirar hacia atrás con orgullo y fe.


Pobre del que tuvo miedo de correr riesgos. Porque tal vez no se decepcione nunca, ni tenga desilusiones, ni sufra como los que tienen un sueño que cumplir.

Existen muchas maneras de suicidarse. Los que intentar asesinar su cuerpo ofenden a la ley de Dios. Los que procuran matar su alma también ofenden a la ley de Dios, aunque su crimen resulte menos visible a los ojos de los hombres.


Existen aquellos que preguntan a quienes apoyan la lucha, "¿Cuándo quedarán satisfechos?" Nunca estaremos satisfechos, no mientras aya por que luchar y vivir, no mientras tengamos un sueño que seguir, No nos deleitemos en el valle de la desesperación. Les digo a ustedes hoy, mis amigos, que pese a todas las dificultades y frustraciones del momento, yo todavía tengo un sueño. Es un sueño arraigado profundamente en la esperanza.



Yo tengo un sueño que un día esta nación se elevará y
vivirá el verdadero significado de su credo, c
reemos que estas verdades son evidentes:
que todos los hombres son creados iguales.


Yo tengo un sueño que mis cuatro hijos pequeños
vivirán un día en una nación donde no serán juzgados
por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.


Yo tengo un sueño que un día cada valle será exaltado,
cada colina y montaña será bajada,
los sitios escarpados serán aplanados
y los sitios sinuosos serán enderezados,
y que la gloria del Señor será revelada,
y toda la carne la verá al unísono.


Esta es nuestra esperanza.
Esta es la fe con la que regresaré al sur.
Con esta fe seremos capaces de esculpir de la montaña
de la desesperación una piedra de esperanza.
Con esta fe seremos capaces de transformar
las discordancias de nuestra nación en una hermosa
sinfonía de hermandad.


Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos,
de luchar juntos, de ir a prisión juntos,
de luchar por nuestra libertad juntos, c
on la certeza de que un día seremos libres.

Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios
serán capaces de cantar con un nuevo significado:
"Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto.
Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino,
desde cada ladera, dejen resonar la libertad".


Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad,
cuando la dejemos resonar desde cada pueblo
y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad,
seremos capaces de apresurar la llegada de ese día
cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos,
judíos y gentiles, protestantes y católicos,
serán capaces de unir sus manos y
cantar las palabras de un viejo spiritual negro:
"¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres!
Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos libres!"


¡Yo tengo un sueño hoy!


Martin luther king
A si que nunca dejes de soñar, se como los que sueñan cuyo rostro esta estropeado por el sudo, el polvo y la sangre, que se equivocan peor lo intentan, una y otra vez. por que solo aquellos que se atreven a soñar y a seguir su sueño conocen los grandes enticiasmos, las grandes emciones demodo que su lugar siempre estara entre los hombres y mujeres de valor.
Sueña..por que la que cree todo le es posible




jueves, 6 de agosto de 2009

El pianista del centro comercial


La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento del amor.


Estoy andando, distraída, por un centro comercial, acompañada de una amiga violinista. Úrsula, nacida en Hungría, es en la actualidad una figura destacada en dos filarmónicas internacionales. De repente, me agarra del brazo: -¡Escucha! Escucho.

Oigo voces de adultos, gritos de niño, ruidos de televisores encendidos en tiendas de electrodomésticos, zapatos que, saltando, golpean el suelo de ladrillos, y aquella famosa música, omnipresente en todos los centros comerciales del mundo. -¿Acaso no es maravilloso?

Pero entre todo ese murmullo llega asta mis oidos un sonido muy particular -¡El piano! –respondo, mirándole con singular alegria-. ¡Ese pianista es maravilloso!.


Al escuchar con más atención, resulta evidente que la música es en vivo. Están tocando en este momento una sonata de Chopin, y ahora que consigo concentrarme, las notas parecen ahogar todo el barullo que nos rodea. Caminamos por los pasillos llenos de gente, de tiendas, de ofertas, de cosas que, según los anuncios, todo el mundo tiene, excepto usted o yo. Llegamos a la zona de restaurantes: gente comiendo, hablando, discutiendo, leyendo el periódico, y una de esas atracciones que todo centro comercial procura ofrecer a sus clientes. En este caso, un piano y un pianista. Toca otras dos sonatas de Chopin, y después Schubert, Mozart.


Debe de tener unos treinta años; una placa colocada al lado del pequeño palco explica que se trata de un famoso músico de Georgia, una de las antiguas repúblicas soviéticas. Debe de haber buscado trabajo, y, después de no encontrar más que puertas cerradas, se desesperó, se resignó, y ahora está aquí. Pero no estoy segura de que esté aquí: sus ojos se dirigen hacia el mundo mágico donde esas notas fueron compuestas, sus manos comparten con todos el amor, el alma, el entusiasmo, lo mejor de sí mismo, sus años de estudio, de concentración, de disciplina.


Sólo parece no haber entendido una cosa: nadie, absolutamente nadie ha venido aquí para escucharlo, sino para comprar, comer, distraerse. Una pareja se detiene a nuestro lado, hablando en voz alta, y luego sigue adelante.El pianista no lo ha visto, sigue conversando con los ángeles de Mozart. Tampoco ha visto que hay una audiencia de dos personas, una de las cuales, virtuosa del violín, lo escucha con lágrimas en los ojos.


Recuerdo una capilla donde una vez entré por casualidad y vi a una joven tocando para Dios. Pero era una capilla, y aquello tenía sentido. En este caso, o almenos eso parecia nadie fuera de nsootros le escuchaba, pero en ese instante me dije a mi misma... Dios lo oye. Dios está en el alma y en las manos de este hombre, porque está dando lo mejor de sí mismo, sin importarle ningún reconocimiento ni el dinero que reciba. Toca como si estuviese en La Scala de Milán, o en la ópera de París. Toca porque ése es su destino, su alegría, su razón de vivir.


Me embarga una sensación de profunda reverencia, de profundo respeto por un hombre que en este momento me está recordando una lección importantísima: cada uno tiene una leyenda personal por cumplir, y punto final. No importa si los demás te apoyan, te critican, no te hacen caso o te toleran; tú haces aquello porque es tu destino en este mundo, es la fuente de toda alegría. El pianista termina otra pieza de Mozart, y por primera vez se da cuenta de nuestra presencia. Nos saluda con un educado y discreto movimiento de cabeza, y nosotros hacemos lo propio. Pero enseguida vuelve a su paraíso, y es mejor dejarlo allí, sin que nada en este mundo pueda estorbarlo, ni siquiera nuestros tímidos aplausos.


Nos sirve de ejemplo a todos nosotros. Cuando pensemos que nadie presta atención a lo que estamos haciendo, recordemos a este pianista: él estaba conversando con Dios a través de su trabajo, y el resto no tenía la menor importancia.


miércoles, 5 de agosto de 2009

tal y como es


Por supuesto que las cosas no ocurren siempre como nos gustaría. Hay momentos en los que nos parece que perseguimos algo que no nos está destinado, que nos estamos dando de bruces una y otra vez contra puertas que no se abren, que esperamos milagros que no llegan a suceder.

Menos mal que las cosas son así, pues si todo ocurriera como deseamos, en poco tiempo nos quedaríamos sin asunto para seguir escribiendo el guión de nuestra vida diaria. Dicho guión se nutre de nuestros sueños, pero, además, se impulsa con la energía de nuestra lucha. Y como sucede siempre con los guerreros que emplean su energía en el Buen Combate, hay ciertos momentos en los que es mejor relajarse, y creer que el Universo continúa trabajando por nosotros en secreto, aunque no lo lleguemos a entender.


De todas maneras, en muchos casos sigue pasando el tiempo y no termina de ocurrirnos nada excepcional. Pero el verdadero guerrero de la luz continúa creyendo. A la manera que tienen los niños de creer.


En un interesante y minúsculo libro, El breviario de la caballería medieval, hay un texto que debe ser recordado en estos momentos de espera:
«La energía espiritual del Camino utiliza la justicia y la paciencia para preparar tu espíritu.
Este es el Camino del Caballero. Un camino fácil y, al mismo tiempo, difícil, pues obliga a dejar de lado las cosas inútiles, y las amistades relativas. Por eso, al principio, se duda tanto para elegirlo.
He aquí la primera enseñanza de la Caballería: borrarás lo que hayas escrito hasta el momento en el cuaderno de tu vida: inquietud, inseguridad, mentira. Y escribirás, en lugar de todo eso, la palabra coraje. Comenzando la jornada con esta palabra, y manteniendo la fe en Dios, llegarás adonde necesitas».


por que al que cree todo le es posible...sigue creyendo y no decistas

martes, 4 de agosto de 2009

A las estrellas


Mirando las estrellas me di cuenta que en cada una de ellas existe un paraíso.
Mirándolas descubrí la infinidad de cosas que nos perdemos. Ellas, que están allá, tan lejos, al menos sobreviven con su pequeño brillo; y nosotros aquí, tan llenos de todo, nos sentimos morir cuando algo se termina.
Mirando las estrellas comprendí el poco valor que le damos a la vida, cuando ésta nos quita cosas pensamos que es injusta y olvidamos que sin ella no seríamos quienes somos.


Hoy sin pensar vi volar una estrella en su gran mundo. La vi volar sin rumbo y la noté perdida, pero me di cuenta de que no, que sólo en nuestro mundo existe la soledad, ya que ellas conviven con su Creador y por eso siguen brillando.
En cambio nosotros, pensamos que estar solos es el fin de la vida y no nos damos cuenta que a veces la soledad, nos ayuda a encontrar esas respuestas que Dios susurra a nuestra conciencia.


Mirando las estrellas pude ver que la felicidad llega cuando menos la esperamos. . .Hoy mirando una estrella, sentí el calor del amor que se fue… Y descubrí que en ella están los sueños, los besos y aquel tiempo que un día se perdió.
Comprendí que el amor tiene un millón de vueltas, que a veces nos sorprende y nos da felicidad, y otras veces se transforma en lo peor que hay.
Aprendí a sonreír y a ver la realidad. Mirando a una de ellas, pude ver algunas cosas:
Que no sirve el orgullo cuando existe amistad…Que no sirve llorar cuando un amor se va…Que no existen fronteras cuando tenemos vida…Y que aprender a vivir, es lo mejor que hay.