martes, 22 de junio de 2010

Escribo


Del respirar de las piedras te hablo, de los cantaros,

de los rios secos en que he nadado asta allarte solo y amaneciendo

como arbol de frutas secas.

Te hablo desde la tierra, desde las ojas,

desde el pan que habita en la corteza de siertas semillas, de siertas ideas,

de horas sin sueño, de dias sin hambre,

de noches sin lunes proximo sin mañana distante.

Te escribo desde las tardes que nuestros pasos amaron,

te escribo y te dejo un beso con el sabor del aire entre ecualyptos,

escribo para no perderlo, para no dejarlo,

para no olvidarme que aveces sin quererlo tal vez me estes escuchando.

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