martes, 17 de febrero de 2009


Alma, no me digas nada,que para tu voz dormidaya está mi puerta cerrada.Una lámpara encendidaespero toda la vida tu llegada.Hoy...la hallarás extinguida.Los fríos de la otoñadapenetraron por la heridade la ventana entornada.Mi lámpara estremecidadió una inmensa llamarada.Hoy...la hallarás extinguida.Alma...no me digas nadaque para tu voz dormidaya está mi puerta cerrada.

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